vendredi 29 mai 2009

LAPD: la policía de Los Angeles

Como hace ya bastante tiempo que no registraba incidentes carreteros reñidos con la ley, era tiempo de que ocurriera uno, y que mejor que en Los Angeles, California, coprotagonizado por la famosa LAPD.
Según las estadísticas, hasta el momento he tenido problemas con la ley de tránsito y sus custodios en un 67% de los países en los que he manejado, y al momento de entregar mi carnet de conducir en la oficina del rent-a-car en el aeropuerto de LA y darme cuenta que se había vencido hace dos semanas, supe que no sería fácil reducir ese número.
- ¿Y no hay problema para manejar con esta licencia aquí? Pregunté con tono inocente a la funcionaria, como si su afirmación fuese suficiente para revalidar mi licencia.
- No, no hay problema. Llene acá sus datos por favor: Su fecha de nacimiento, su número de licencia y la fecha de expiración. Yo por supuesto, como persona honesta que soy, puse la fecha tal cual estaba en mi carnet: 16 de Mayo de 2009, exactamente 9 días atras.
Y por cinco días manejé por las calles y carreteras de LA con mi flamantemente recién vencida licencia. Y fue en ese quinto y últimodía, cuando ingresaba al aeropuerto para devolver el auto, cuando apareció él, el policía de Los Angeles en su moto de 600 o más cc, haciéndo sonar su sirena tras de mí e indicándome con la mano por el reflejo del retrovisor que me saliera de la pista.
Primera reacción: pienso en que le hablo en español y me hago el gil, le muestro mi carnet de identidad en vez y finjo desesperación por mi vuelo. Resultado: inútil. Casi la mitad de LA habla español, no sería raro que el policía entendiera suficiente como para no creerme nada.
Segunda reacción: respirar hondo y vajar la ventana, que el policía ya está a mi lado golpeándola con sus nudillos.
- Hello, mister. Sabe usted que luces lleva? Me pregunta en inglés mientras miro desconcertado los comandos del automóvil, que como buen auto americano, tiene todo automático, incluso el comando de las luces, que no he movido desde el primer día.
- Bueno, la verdad no lo sé, lo tengo en automático.
- Ve usted esa luz en el tablero, la de las líneas horizontales? Yo apreté algunos botones para ver si se apagaba, miemtras miraba con cara de desorientación al policía (esta vez sí era sincera).
- Usted ha estado manejando con las luces altas, eso molesta la conducción de los otros automovilistas... Accione esa palanca para desactivarlo... Sí, esa, hacia usted... Hum (suspiro desalentador)... Me permite su licencia por favor?... De dónde es usted?... Éste es el estado de California, usted no puede manejar con esa licencia! (poniéndose algo irritado)... Sólo con licencia otorgada por el estado o con licencia internacional.
- Mire, el auto es arrendado acá en el aeropuerto y a mí no me dijeron nada al respecto cuando les mostré mi licencia.
- Ufff!!! (suspiro realmente desalentador, acompañado de un movimiento desaprobatorio de su cabeza, al tiempo que se separa de la ventana del auto y vuelve a su moto con mi carnet).
Ahora en mi mente una lluvia de argumentos: que ya me voy, que no manejaré más en su querida California, que devuelvo el auto y nadie supo más de mí acá, y ya no podré seguir cometiendo infracciones, que mire, aquí está mi pasaje y ya me tengo que ir...
Me bajo del auto cuando logro reaccionar, y con un cierto temblor en las piernas me acerco al policía y su moto para decirle cualquier cosa, mientras intento borrar de mi mente la escena que ya empezaba a generarse acerca de mi estadía en la cárcel de Los Angeles. Antes de decirle nada me mira con cara de padre desesperanzado, guarda su libreta y extiende su mano con mi licencia en ella, mientras me dice:
- Mire, le voy a dar un warning, pero usted no puede manejar con esta licencia acá. Éste es el estado de California, y necesita una licencia internacional.

Y es así como hasta ahora sólo he recibido infracciones en la mitad de los países donde he manejado.

lundi 25 mai 2009

Los Angeles bilingüe?

Y la referencia en Los Angeles es la extraña sensación que se experimenta al encontrarse en un lugar de habla inglesa y al mismo tiempo intuir que gran parte de mis interlocutores hablan (y probablemente mejor) también el español. El resultado es dos latinos con diferentes acentos de inglés repitiendo 'sorry' o 'excuse me' después de cada frase. Y ¿por qué no preguntar simplemente si se habla español? Extrañas y variadas son las posibles respuestas: ¿por qué hacerlo si estamos en un país de habla inglesa?; prefiero aprovechar de practicar mi inglés; ¿y si no es hispano y se siente ofendido?; ¿y si es hispano y se siente igualmente ofendido?; ¿y si se está aparentando no ser hispano y la conversación lo revelará? Al final, cuando se superan los prejuicios, se puede tener una fluida conversación en una ciudad que quizás en poco tiempo más se deba declarar bi o trilingüe.

Viajes...

Quizás no hay mejor experiencia cultural que viajar, especialmente a otros países. Quizás mientras más diferente la cultura sea, más enriquecedora la experiencia, pero es necesario también tener algunos elementos en común que permitan una mínima conexión para poder apreciar realmente las diferencias. También es útil tener ese pequeño refugio de lo conocido o familiar para poder sortear los grandes temores del viajero: la inseguridad de lo desconocido e imprevisible y la soledad en la ausencia de cualquier persona cercana.